¿El omega 3 reduce el riesgo cardiovascular?

Lo primero que debemos saber es, ¿qué es eso del omega 3?

Lo que conocemos como omega 3 es un tipo de grasa, se les llama así, porque si nos imaginamos que una molecula de grasa es una cadena, en el tercer eslabón en lugar de haber uno hay 2 eslabones, a los omega 6 les ocurre eso pero en la posición número 6, y el ácido oleico que es la principal grasa del aceite de oliva le ocurre en el eslabón número 9, por lo que se clasifica como omega 9.

Pero más allá de esto, hay un aspecto importantísimo que debemos conocer: hay distintos tipos de omega 3, y no todos tienen los mismos efectos. En términos prácticos diremos que hay omega 3 más pequeños que provienen principalmente de las plantas, por ejemplo, las semillas de lino tienen mucho ácido linolénico, y omega 3 más largos que provienen principalmente de animales como el ácido eicosapentanoico o EPA para los amigos, presente en pescados azules como las sardinas, el salmón o el atún.

Ahora que hemos hecho las presentaciones y diferenciamos estos dos grandes grupos de omega 3, vamos a ver cómo afecta el omega 3 al riesgo cardiovascular.

Cuando se recomienda omega 3, lo más habitual suele ser el omega 3 animal el de los pescados azules.

En 1979 se publicaba en la revista Lancet un estudio que mostraba como los esquimales tenían una menor agregación plaquetaria debido a un alto consumo de omega 3. Esa reducción en la agregación plaquetaria sería el equivalente a tener una sangre más fluida y por consiguiente una reducción en el riesgo de que se taponasen las arterias produciéndose trombos o infartos.

Desde ese estudio, la ciencia que se ha desprendido alrededor del omega 3 ha sido abundante y el movimiento de dinero alrededor de esta industria también.

El omega 3 tiene efectos sobre distintos potenciales factores de riesgo cardiovascular, por un lado, una dosis de 2-3 gramos puede reducir la presión arterial, también han mostrado una reducción de marcadores inflamatorios con su consumo, una reducción de los triglicéridos y reducción de la agregación plaquetaria como he mencionado antes.

Por otro lado, también tiene efectos no tan bonitos sobre uno de los marcadores de riesgo más importantes para la enfermedad cardiovascular, el omega 3 animal puede incrementar el colesterol-LDL, clásicamente conocido como el “colesterol malo”.

El principal efecto que se le achaca al omega 3 en cuanto a parámetros del riesgo cardiovascular es la reducción de triglicéridos.

A menos que tus triglicéridos no estén elevados, no tiene mucho sentido tomar un suplemento de omega 3, me gustaría, que no tuvieras esa certeza incondicional que dice que el omega 3 reduce el riesgo cardiovascular, podría ser interesante en ciertos contextos, pero ya está.

Uno de los metaanálisis más recientes hasta la fecha evaluó el efecto del omega-3 solo o con estatinas sobre los distintos parámetros lipídicos que nos indican menor o mayor riesgo cardiovascular. La conclusión que yo saco es la siguiente: la forma más efectiva de tomar omega-3 es tomándolo junto a estatinas.

¿Por qué digo esto?

Porque en ambos casos, con y sin estatinas se reducen los triglicéridos y el colesterol-VLDL, ahora bien, el principal factor de riesgo que es el colesterol-LDL aumenta cuando no se consumen simultáneamente estatinas, y se mantiene más o menos en su sitio cuando si se consumen.

Por otro lado, un mejor marcador aún es la APO-B, que disminuye cuando se toma el omega-3 junto a las estatinas y en el caso de no tomar estatinas no se observan diferencias estadísticamente significativas. Digamos que sin la intervención de las estatinas el APO-B se ve compensado entre las lipoproteínas que suben y que bajan.

Un apunte extra que ya he comentado antes, en esta reducción del APO-B cuando se tomaba conjuntamente estatinas, se observó que si el paciente tenía unos triglicéridos inferiores a 200 mg/dL tampoco se obtenía una reducción significativa, lo mismo se vio con el colesterol no HDL.

Yendo a otro importante factor de riesgo cardiovascular como es la presión arterial, también parece tener un efecto positivo reduciendo ligeramente la presión arterial a una dosis óptima de entre 2 y 3 gramos al día (metaanálisis). Pero los pequeños efectos en factores tan importantes como puede ser la presión arterial pueden traducirse en la prevención de muchas muertes a nivel poblacional (estudio).

Como conclusión de lo que hemos comentado hasta el momento espero que llegues a las mismas que yo, el omega 3 podría tener sentido si una persona tiene triglicéridos elevados y si está tomando estatinas, que van a evitar esa subida del colesterol-LDL asociada al omega 3.

Pero vamos a ir un pasito hacia delante, al final lo que nos interesa es: ¿si tomo omega 3, me voy a morir antes o no, o me va a reducir el riesgo de infarto o no?

Vamos a intentar dar respuesta a esto. Empezando por el principio en febrero de 2020 se publicaba por la organización Cochrane el metaanálisis más grande hasta la fecha para averiguar si el omega 3 reducía o no la enfermedad cardiovascular, los resultados que obtuvieron fueron una ligera reducción de la mortalidad del 3% y de un 8% cuando hablamos de mortalidad por enfermedad cardiovascular. El resultado es que sería necesario tratar a 334 personas con omega 3 para evitar una muerte por cardiopatía coronaria.

Por otro lado, la Asociación Americana del Corazón junto al Colegio Americano de Cardiología y la Sociedad Americana para la Insuficiencia Cardiaca recomendaron en las guías de práctica clínica publicadas en mayo de 2022 el uso de suplementos de omega 3 como terapia adyuvante en personas con insuficiencia cardiaca, para reducir la mortalidad y las hospitalizaciones cardiovasculares.

Una cosa, el omega 3 animal que es del que te estoy hablando todo el tiempo suele venderse con una combinación de dos tipos muy importantes, el EPA y el DHA, estoy seguro de que te estás preguntando, ¿qué ocurriría si viéramos los efectos por separado?

En 2021 en la revista Lancet se publicó otro metaanálisis sobre el tema y se analizó el efecto de la suplementación con EPA frente a EPA+DHA. Al igual que en el estudio de Cochrane la mortalidad cardiovascular se redujo de forma similar, en este caso en un 7%. Sin embargo, cuando se tomó únicamente EPA el riesgo de mortalidad cardiovascular alcanzó una reducción del 18% frente al 6% de la combinación de EPA+DHA, eso sí, también los efectos adversos como un mayor riesgo de hemorragia y de fibrilación auricular aumentaron con el consumo de EPA.

No obstante, me gustaría dejar claro, que aunque se observó esa reducción de muerte cardiovascular, no se observó una reducción de la mortalidad por cualquier causa. Si como vemos el riesgo de hemorragia es mayor y una persona tiene un accidente, esa persona probablemente muera con más facilidad, esto o cualquier otras causas que puede que ni conozcamos explican por qué la mortalidad cardiovascular se reduce, pero tenemos que atender también a la mortalidad por cualquier causa. Y ni en el caso de la revisión Cochrane ni la de Lancet se observa esa reducción de mortalidad por cualquier causa y si se observa es muy pequeña.

A pesar de esto, como he dicho antes distintas asociaciones reputadas están indicando que la suplementación con omega 3 puede ser una buena idea en pacientes con riesgo cardiovascular con triglicéridos elevados como la Sociedad Europea de Cardiología y la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes donde recomiendan a estos pacientes el consumo de una alta dosis de EPA (en forma de icosapento etílico) de 4 gramos/días en el caso de no poder reducir los triglicéridos con otras estrategias (guía). Por cierto, las dosis habituales que se usan en los estudios es de 2 a 3 gramos.

Como puedes ver, tomar una decisión sobre si es bueno o no tomar este suplemento es complejo, y no están tan sumamente claros los beneficios. En este caso la decisión no es binaria y hay que atender a ciertos matices que deberías valorar con un profesional.

Espero que con este episodio conozcas un poco mejor la evidencia científica sobre los omega 3 para el riesgo cardiovascular y puedas tomar mejores decisiones para tu salud.

En otra ocasión le damos caña a los omega 3 para la inflamación y las enfermedades autoinmunes, que es otro tema ¡interesantísimo!

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